jueves, 20 de marzo de 2014

La pasión

Si pudiera encontrarle una explicación lógica al comportamiento de una pasión renunciaría por completo a considerarme un fiel soldado de sus filas. Quizás me caracterice por cubrir de un manto racional a todo lo que me rodea, pero no esta vez. Hay cosas que se explican a sí mismas, que para entenderlas hay que vivirlas.

Sino que explicación tendría sacrificarse física y mentalmente, dejarlo todo con el único objetivo de salir victorioso finalizados los 90 minutos. Sentir que sos parte, que podes cambiarlo todo en cada jugada. Que el esfuerzo hecho durante toda la semana, trabajo y sacrificio, cada gota de sudor derramada exponiendo al cuerpo a la máxima exigencia para superarte y dar siempre un poco más. Porque cuando te derriban, te levantas. No importa el dolor, no importa el cansancio. Es el momento donde el mundo queda a un lado, nada más importa. Sufrir de acuerdo al resultado, ser feliz cuando todo sale bien, sentirse más vivo que nunca.

Durante mucho tiempo no me sentí vivo, porque para vivir no alcanza con respirar. Hay que jugarsela, dejarlo todo y más. Ahora vivo de nuevo y no pienso dejarlo pasar.