jueves, 27 de febrero de 2014

Recalcular la vida

Pensar en la idea misma de cómo alcanzar el éxito puede resultar confuso, siendo que es fácil caer en la malinterpretación de creer que para salir victorioso en la vida es requisito excluyente hacerlo todo bien. Refutando aquella idea, el éxito puede estar precedido de los mayores fracasos de tu vida.

Es bien sabido que un fracaso obliga a la reflexión, al replanteo. Sin esto, es probable que vuelvas a caer cometiendo siempre el bien error convirtiéndose así en un círculo vicioso del cual no se sale más. Una victoria por el contrario, no obliga a la reflexión. Sin embargo, es igual de necesaria, ya que se tiene que aprender tanto de las derrotas como de las victorias personales y grupales que surjan en nuestras vidas, para determinar las fortalezas, las debilidades, qué se hizo bien y qué mal.

Ahora teniendo en cuenta esto, no hay que temerle al cambio de dirección. Si bien, siempre es bueno tener convicciones y hacerlas valer, la diferencia esencial está en aquellos que saben retomar el curso de las cosas en el momento indicado. Algunos caminos simplemente no llevan a ninguna parte, o siendo más realistas al menos, no llevan al lugar deseado.

El miedo a cambiar de camino, de tomar nuevas rutas, puede llevar a estancarnos siempre en el mismo lugar, evitando así el progreso individual. Cambiar, probar, equivocarse, volverse a levantar, seguir y aprender forman parte de un conjunto de palabras que sirven como indicadores.

A veces no se requieren cambios radicales, ya que con pequeñas sutilezas se puede conseguir el objetivo. Mientras que en otros casos, lo mejor es realizar alteraciones de 180 grados para lograr el éxito. Sea una, sea la otra, lo importante es que lo tengas dentro de tus posibilidades y no sientas limitaciones a la hora de tomar decisiones que puedan mejorar tu vida.

Quizás tu vida va bien, obtienes resultados y eso es genial. Pero no te olvides de siempre mirar más allá porque siempre habrá algo para mejorar, y no conformarte será siempre un buen propulsor para llegar todavía más lejos.

Mantenerse en constante movimiento, ya que el mundo entero es tu hogar.