¿Me encontraba dormido o sólo padecía de los efectos de la anestesia
que provocan los golpes duros, esos que sacuden con fuerza? No saber
cuánto tiempo pasó, confortado en el rústico suelo de la vida. La
inercia me invitaba, de manera indeclinable, a continuar el camino como
si fuera un automáta. Y ahora siento, ¿hay que pensar?
El viento no sólo susurra verdades que arrastra a lo largo y ancho del
mundo, trae consigo mismo una fuerza que se vale por si misma. Y como
las hojas en invierno, tendrás siempre la opción de sumergirte en su
vorágine. ¿Será la locura suficiente para atreverse a viajar sin
destino?
Dentro de la verdadera naturaleza, aquella que nos atrapa y nos define
como somos, que nos cambia, nos pone a prueba, nos motiva a movernos; se
podría estudiar el arte de las relaciones humanas, que bien podrían ser
consideradas arte, por su belleza, su complejidad, disfrutando así de
las infinitas combinaciones que se pueden producir.
Quiero explorar el mundo y la naturaleza, aquella que tiene un lado
salvaje. Pero no voy a olvidarme de su arte, no voy a aislarme. No me
conformaré con perderme en los lugares más maravillosos del mundo
completamente solo, me quiero perder en vos. Me dejaré caer en esa brisa
que puede transformarse en huracán.