viernes, 28 de marzo de 2014

Busco en vos


Busco la belleza de tu sonrisa, el brillo de tus ojos y la música de tu voz. Busco la verdad de tus palabras, el camino de tus pasos y el silencio que dejan tus pensamientos. Busco en vos porque te creo, en lo que sos y vas a ser. Busco en vos porque lo siento, mucho más de lo que alguna vez imagine. Y ya no imagino una vida sin buscarte, porque en esa busqueda me encuentro como persona, una mejor persona. Pero lo mejor de buscarte, es que al encontrate, te tengo que volver a buscar.

jueves, 27 de marzo de 2014

Mirá

Míralo a él. Tan sonriente, inocente sobre todas las cosas. Es muy chico para entender que está muy cerca de corromperse a sí mismo sólo para sobrevivir. La vida de adulto exige que para triunfar debes pagar un costo elevado. Pero no se complica, no todavía. Eso viene después, las preocupaciones, las reflexiones del qué debería hacer, del qué debería haber hecho o del qué voy hacer. Sólo quiere jugar, sentirse querido, porque pocas veces somos tan perceptivos como cuando somos chicos ya que todo resulta nuevo, interesante, digno de explorar. Es la expresión de la sinceridad. Míralo a él, deseas que nunca cambie, que se quede así para siempre. En cierta medida te reconforta verlo así.

El tiempo pasó, su cara cambió. Es una mezcla extraña de desconfianza a la vida, arrogancia del todo lo puedo y una corriente de rebeldía. No parece un buen coctel a priori, pero se puede deslumbrar en sus ojos de cristal que esconde mucho más, está frágil. Ya no sonríe tanto, y muchas veces lo hace de compromiso, pensando cada vez más en alzar su voz y hacerse escuchar para ya no ser pisoteado por lo que representa la sociedad. Está dando sus primeros pasos a un ser idealista, aunque no lo sepa, hay muchas cosas que ignora, pero están apunto de pasar. Empieza a golpearse, pero no para, sigue adelante como si nada lo tocara. Sin embargo, a pesar de seguir adelante por la inercia misma que caracteriza a los jóvenes de su edad, pero las heridas quedan, quizás sangren después. Sigue siendo perceptivo con su entorno pero se reprime, guarda todo aquello que siente. Aunque cada tanto rebalsen sus emociones, lógicamente, no se pueden encerrar por siempre.

Ahora sí, lo inevitable, la adultez cobro su precio por la supervivencia en un mundo infectado que incluso muchos no pueden soportar. Se mira a sí mismo, y se ve a la distancia, en lo pasado y en lo que podría pasar. Ahora analiza, ahora se preocupa, ahora reflexiona. No quiere asustarse porque sabe que no hay tiempo que perder, las reglas de juego cambiaron, ya no tiene muchas alternativas en un mundo establecido que está en marcha y uno no puede bajarse tan facilmente. Pero es un idealista, esa rebeldía muto y se transformo en pensamiento, en un ideal. Él cree en eso, no es religioso pero en algo tiene que creer, se sostiene y aferra a sus ideales. La vida lo golpeo, vaya si lo sacudió sometiendolo a situaciones limite. Y sin embargo allí está, firme.

Para sorpresa de todos, la vida le dio el mejor regalo del mundo. Pero se lo tuvo que ganar, como pocos. Era un regalo tan increíble, tan especial, que ahora entiende el hecho de haber tenido que luchar por ello. Hasta las últimas consecuencias, entregándose en cuerpo y alma, más allá de lo desgarrador que puede ser el dolor. Ahora lo disfruta, es feliz otra vez.

Mírala a ella. Tan sonriente, inocente sobre todas las cosas. Es la expresión de la sinceridad y el amor en su estado más puro. Míralo a él, como la mira a ella, tan chica, tan llena de vida siendo un verdadero reto no llorar de la alegría, un regalo que le dio la vida pero que él mereció, se lo gano. Él sonríe, pero sonríe a través de ella. Es feliz, a través de ella. Revive su infancia, su sinceridad, el verdadero sentido qué tiene vivir, la simpleza. Sí, todo eso a través de ella, llenándolo aún de más felicidad.

Míralos a los dos, juntos, de la mano, sonriendo, jugando. Él tratándola de guiar en el camino, cuando en realidad ella lo ayuda a caminar todos los días dándole motivos para vivir. Ella lo hizo un mejor hombre, él sólo quiere verla crecer, sólo quiere verla feliz, así de contenta, así de sonriente. A pesar de su edad, ahora son niños los dos.

miércoles, 26 de marzo de 2014

El ser

Cada día, por más que parezca sólo un día, se libra una batalla interna que pasa desapercibida pero que no deja de ser crucial. La pelea entro lo que quiero ser y lo que puedo ser, es momento a momento. Limitaciones personales, físicas, materiales y reales, producen que esta negociación feroz entre el puedo y el quiero sea brutal y despiadada.

Puntualmente, como personas somos un conjunto de quieros recubiertos de todo aquello que podemos. Renovándose continuamente, ya que no siempre queremos lo mismo, mucho menos podemos siempre igual. Siendo así el ser.

martes, 25 de marzo de 2014

Colección de días

Últimamente vengo negativamente cargado, como si una nube negra estuviera por encima siguiendome sin descanso a cada lugar que voy. Una especie de mala onda, sumado a mi mala predisposición debido a las circunstancias de los últimos días, están dando como resultado momentos fatídicos. Una colección de días malos, uno tras otro.

Vengo en una mala racha que se me está haciendo difícil de romper, no me da respiro. Sin embargo, algo que me llamo poderosamente la atención, es que soy un hombre de perder el control facilmente, disgustarme, insultar, creerme un desdichado. Y aunque en verdad me crea uno, porque ya hasta resulta poco creíble esta constante mala suerte, me siento sumamente entero a seguir (cayendo, por lo que parece).

La razón de está entereza en plena lluvia, hoy me parece clara. No es para menos, ya que al cerrar los ojos ahí estas vos, al lado mío. ¡Y si! Con sólo imaginarme disfrutar cuando los días mejoren, y que seguro llegarán, vamos a estar riéndonos como si nada. Si total, todo pasa, excepto mis infinitas ganas de quererte.

jueves, 20 de marzo de 2014

La transformación

Transformar los sentimientos en algo tangible, y más allá del producto que puede ser bueno, malo, regular, lo que importa es el mero proceso de transformación, de transcribir esas sensaciones, siendo esa es la verdadera recompensa. Después, como si fuera poco, ese material se puede compartir para que otros lo puedan disfrutar, y en el mejor de los casos puedan sentir esos mismos sentimientos que quisiste brindar. Y es ahí, donde se vuelve a producir una transformación, pero esta vez a la inversa, convirtiéndose nuevamente en sentimiento de alguien más.

Dejarse

¿Me encontraba dormido o sólo padecía de los efectos de la anestesia que provocan los golpes duros, esos que sacuden con fuerza? No saber cuánto tiempo pasó, confortado en el rústico suelo de la vida. La inercia me invitaba, de manera indeclinable, a continuar el camino como si fuera un automáta. Y ahora siento, ¿hay que pensar?

El viento no sólo susurra verdades que arrastra a lo largo y ancho del mundo, trae consigo mismo una fuerza que se vale por si misma. Y como las hojas en invierno, tendrás siempre la opción de sumergirte en su vorágine. ¿Será la locura suficiente para atreverse a viajar sin destino?

Dentro de la verdadera naturaleza, aquella que nos atrapa y nos define como somos, que nos cambia, nos pone a prueba, nos motiva a movernos; se podría estudiar el arte de las relaciones humanas, que bien podrían ser consideradas arte, por su belleza, su complejidad, disfrutando así de las infinitas combinaciones que se pueden producir.

Quiero explorar el mundo y la naturaleza, aquella que tiene un lado salvaje. Pero no voy a olvidarme de su arte, no voy a aislarme. No me conformaré con perderme en los lugares más maravillosos del mundo completamente solo, me quiero perder en vos. Me dejaré caer en esa brisa que puede transformarse en huracán.

La pasión

Si pudiera encontrarle una explicación lógica al comportamiento de una pasión renunciaría por completo a considerarme un fiel soldado de sus filas. Quizás me caracterice por cubrir de un manto racional a todo lo que me rodea, pero no esta vez. Hay cosas que se explican a sí mismas, que para entenderlas hay que vivirlas.

Sino que explicación tendría sacrificarse física y mentalmente, dejarlo todo con el único objetivo de salir victorioso finalizados los 90 minutos. Sentir que sos parte, que podes cambiarlo todo en cada jugada. Que el esfuerzo hecho durante toda la semana, trabajo y sacrificio, cada gota de sudor derramada exponiendo al cuerpo a la máxima exigencia para superarte y dar siempre un poco más. Porque cuando te derriban, te levantas. No importa el dolor, no importa el cansancio. Es el momento donde el mundo queda a un lado, nada más importa. Sufrir de acuerdo al resultado, ser feliz cuando todo sale bien, sentirse más vivo que nunca.

Durante mucho tiempo no me sentí vivo, porque para vivir no alcanza con respirar. Hay que jugarsela, dejarlo todo y más. Ahora vivo de nuevo y no pienso dejarlo pasar.