miércoles, 26 de agosto de 2015

El espacio después de la coma

El misterio de lo que puede venir; el futuro inmediato, irremediable, inminente. No negocia, simplemente se impone arrastrando el presente a su paso. 

No espera a que estés listo, ¿Para qué lo haría? Dispone de la suficiente autoridad para hundirte en su cinismo, porque sabe bien que su llegada implica su muerte. 

Muere y se transforma en presente. Pero murió como tal, como futuro inminente; dando paso así a que un nuevo futuro arribe con la misma fuerza y locura que el anterior. 

Quedan secuelas, como el desastre que produce una bomba al explotar, fulminante y letal como un rayo. Porque el futuro nos explota en la cara y se vuelve presente. Pero trae consigo algo más demoledor que su presencia: la mismísima duda, porque otra vez, se instala el recelo de lo que puede llegar a venir. 

Si fuéramos un libro, el futuro sería lo que viene inmediatamente al espacio después de la coma. La coma, esa que implica una breve pausa ante lo que indudablemente está por venir y lo que acaba de pasar. Un pequeño espacio que se desarrolla entre lo pasado y lo futuro. Un espacio-tiempo llamado presente. Y nosotros somos ese espacio, somos presente, aguardando ser alterados una y otra vez, sometidos a la angustia constante de la incertidumbre.