jueves, 18 de junio de 2015

La amistad cotiza en bolsa

En la vida pasan cosas. Pasan. A veces pasan de largo, otras veces pasan y se quedan para siempre. Y los valores terminan siendo tan relativos en un mundo donde un pequeño pedazo de papel termina siendo más importante que cualquier otra cosa en la vida.

Pensando un poco más, si la amistad fuera una empresa que decide publicar sus acciones en la bolsa de valores de NY. Y si partimos de esa idea, ¿cuánto valdría la amistad? ¿cuánto debería cotizar? La amistad realmente cotiza en bolsa. Mientras los tiempos corren, como dijimos pasan, cambian, pero hay cosas que deberían permanecer por siempre. El valor de la amistad, el encuentro, el poder ser sin la necesidad de ocultarse, el disfrute desmedido y una dosis de todo aquello que te hace bien.

Terminan siendo pocos los que entienden el verdadero significado de la amistad, de aquel que está a tu lado, ni adelante ni atrás. Que permanece ahí. Permanece a pesar de la distancia, a pesar de los conflictos, a pesar del tiempo, a pesar del triunfo que suele nublar la vista. Un amigo será aquel que estará en cualquier lugar del planeta, pero siempre tendrás un lugar en él. Y es un lugar que no tiene medición, no se puede cuantificar. Es por eso que la amistad, como tal, no se puede medir, no se puede cotizar. No tiene precio.

Y cuando veo personas que desprecian una amistad, no puedo dejar de pensar en el error que están cometiendo. Uno puede vivir la vida de muchas maneras, y si bien, cada una de ellas es distinta y absolutamente respetable, hay cosas de las cuales ningún ser humano debería privarse. Como el amor, el viajar y la amistad. Cuánto más ames, más viajes y más amistad tengas, mejor. Y cuando digo más, no me refiero a cantidad, sino a intensidad.