miércoles, 1 de octubre de 2014

Simple

El arte de lo simple muchas veces se confunde y se complica, vale la ironía, perdiendo así la utilidad y su mera esencia. Si analizamos en detalle, hilando fino, casi con microscopio, podremos encontrarnos con que todas las situaciones son complejas en su cierta medida. La vida resulta complicada, y si tenemos en cuenta que cada decisión que tomamos, por más insignificante que pueda parecer, puede determinar el más grande de los destinos para nosotros y/o los que nos rodean, nos provocaría una sensación de análisis profundo hasta en la más mínima elección.

Y es así como tratando de hablar de lo simple, termine complicando mi discurso. Vale la ironía nuevamente. Pero ahora sí, tratando de ser más simple y concreto, la simpleza no está estrictamente relacionada con su génesis sino más bien con su desenlace. La clave está en ver lo simple dentro de lo complicado. Ver esa ventana cuando no se pueda salir por la puerta, por ejemplo.

Lo simple suele estar relacionado con lo breve, lo que está al alcance de la mano, accesible, fácil y dócil. Suena sencillo, es cierto. Pero, ¿sonaría tan sencillo si te dijera que conviertas una situación complicada, difícil de tratar, desbordante, tediosa e inmanejable a algo simple? No todos poseen el don de transformar las situaciones con naturalidad, viendo esa ventana en cada problema.

martes, 16 de septiembre de 2014

Comportamiento, personalidad y multiplicidad: Parte II

Soy de aquellos convencidos que creen en el cambio constante. El tiempo, las experiencias, las relaciones humanas y nuestras propias elaboraciones mentales asociadas directamente con los sentimientos producen un cambio sutil pero determinante en nuestra perspectiva del mundo, en nuestra mera personalidad.

Llevado a otras palabras, no somos los mismos que tiempo atrás. Podemos verlo como una evolución constante en la cual vamos modificando ciertos comportamientos y conservamos otros. Mejoramos algunas cosas mientras empeoramos otras, tantas quedan simplemente igual. Sin embargo, esto supone una interrogante difícil de contestar: cómo hubiera actuado mi pasado yo ante esta situación; cómo actuaría mi futuro yo ante esta situación. Entramos en el terreno de las hipótesis imaginarias que poco tienen que ver en el plano de lo real y comprobable. Aunque sirve como parámetro para definirnos como seres múltiples a lo largo de nuestra existencia.

Miles de yo que han muerto en el pasado para dar lugar al nuevo ser, el cual inevitablemente culminará en el momento exacto en el que te volves a reinventar, cumpliendo con este procedimiento cíclico e involuntario de tu propia evolución.

Creernos constantes e inalterables sería un error. Somos más bien cambiantes e impredecibles, con rasgos particulares que nos definen los cuales se acentúan o desvanecen con el tiempo.

viernes, 29 de agosto de 2014

No soltar

Puede considerarse un defecto imperdonable o una bendición milagrosa. Aferrarse a las cosas como a la vida misma, no soltarlas casi por instinto hasta las últimas consecuencias. Apasionarse hasta los huesos. Jugarlo el todo por el todo, no resignarlo nada, no aceptar ni un paso atrás. Querer abarcarlo todo, aunque eso mismo implique la nada. Ser bueno en casi todo para terminar siendo especialista en casi nada. Una cruz que cargar, todos cargamos una. Hundirse a tu manera será una opción válida de desvanecerse con altura, o terminará siendo un capricho que te sentenciará a permanecer siempre en el anónimato de la búrbuja de tus intenciones. Pero si es una convicción, desde lo más profundo y remoto de tus sentimientos, al menos vale más que someterme al cambio de tu propia esencia.

martes, 5 de agosto de 2014

Entrelazando desenlaces

Por tanto hemos pasado, padecimos los momentos que pasaron y aquellos que pudieron pasar. Los sufrimos y disfrutamos ambos por igual. 

Quién sabe si incluso, nuestras vidas sean completamente diferentes en realidades alternativas, sintiendo también la carga de lidiar con eso. 

Mi vida y la tuya se alteran constantemente, se bifurcan y disparan hacia otros puntos. Sin predicción, sin certezas. Nos cruzamos mil veces, nos distanciamos mil más. Mientras que el subconsciente elabora distintos escenarios, todos ellos igual de posibles, todos ellos a la misma vez.

Irónicamente, perdí la cronología en el tiempo, entre tantos posibles que no fueron y improbables que ocurrieron, dejé olvidada la constancia de los hechos en algún rincón de la memoria, confundiéndose así con las fantasías y los sueños que alguna vez imaginé. 

Ya no sé que fue real, ni si el fin fue realmente el final. Tantas idas y venidas, tantos tira y afloje. Armamos y desarmamos tantas veces la misma estructura que desgastada de intentar fue cada vez más complicado de aguantar. Fuimos apenas un punto en la línea de nuestras vidas, repetidos y constantes, quizás. 

Sin embargo al disociar, siempre queda la alternativa latente de volvernos a encontrar, pero sobre todo la de no enlazarnos nunca más. Y si el final no es el final, es simplemente un nuevo comienzo por comenzar, internamente quedará la ilusión intacta de que todo pueda pasar.

jueves, 17 de julio de 2014

Llanto de guerra

La humanidad ya sabe del dolor. Entiende, recuerda y llora. Hemos sufrido más de una guerra, de esas que desgarran hasta el alma, rompiendo en pequeños cristales la historia. Las muertes, los destrozos, el dolor y la tragedia, una vez más, envueltas bajo el manto del odio desmedido hacia la vida, la crueldad, la falta de empatía y violencia.

Hay guerras declaradas, formalizadas y públicas. Esas nos indignan, nos sumergen bajo un mar de impotencia. También están muchas otras guerras, silenciosas pero igual de desmedidas y violentas. La sociedad, expresada como ente imaginario la cual conformamos entre todos, se ve dañada ante estos actos sin razón de aquellos que solo buscan dañar, romper y destruir. El mero hecho de destruir por diversión, por vocación. Hasta se podría pensar en personas con una naturaleza en sí maligna, la cual se pudo desarrollar debido a esta violencia generalizada. Quizás simplemente sean malas personas sin más.

Enfrentamientos entre pares, esos mismos que quizás, te pudiste cruzar en la calle. Incluso, hasta pudieron haberse saludado amablemente. Aquel que hoy te extiende su mano para saludarte, en el mañana puede extender su mano para matarte; la ironía de la vida representada en su máxima expresión.

Y nos indignamos con todas las guerras. Sin importar si son guerras formalizadas o desapercibidas. Pero la indignación dura tanto como la brisa del viento en la mano. rápidamente nos olvidamos de todo, lo dejamos pasar. Sin embargo, nos volveremos a indignar en muy poco tiempo, por algo nuevo esta vez.

Mientras que las cicatrices se van acumulando, la pregunta es cuántas más vamos a poder soportar. Habrá un mundo para las próximas generaciones o solo una montaña de escombros con algunos sobrevivientes resignandose a no perder la batalla de resistir. La guerra lo destruye todo, derrumba nuestros logros, quiebra nuestra historia y quema la esperanza. Si nosotros no somos capaces de terminar con la guerra, la guerra acabará terminando con nosotros.

jueves, 19 de junio de 2014

Comportamiento, personalidad y multiplicidad: Parte I

¿Cómo se considera la individualidad de una persona? Hablando estrictamente desde el plano científico, todos estaríamos de acuerdo en determinar que somos individuos por el mero hecho de que somos organismos indivisibles.

Yendo un poco más a fondo con el tema, pensemos un poco desde el plano psicológico. Si bien, disponemos de una sola mente, la misma tiene una capacidad tan sorprendente y compleja, en la que se ha hablado en muchas ocasiones el hecho de una persona con múltiples personalidades. La personalidad es un conjunto de características psíquicas de una persona, la cual definen y determinan su comportamiento ante cada circunstancia. Este comportamiento es dinámico, se mantiene en continuo cambio ya que nos vemos influenciados por el ambiente, las experiencias y las personas que nos rodean. La psicología a intentado darle una forma a cada personalidad, para poder entenderla, analizarla, e incluso llegar hasta definir un patrón en su comportamiento.

Si pensamos en personalidades definidas, entonces podríamos plantear una posible situación. Una persona con más de una personalidad. Por ejemplo, podríamos imaginar alguien que con cierto grupo de personas se comporta de una manera determinada, siendo radicalmente diferente en cualquier otro entorno. Este caso podríamos pensarlo como dos personalidades juntas dentro de un mismo cuerpo diferentes entre sí, o como una única personalidad compleja que no puede ser encasillada ni definida estrictamente, porque claro, hablando de personalidad tenemos en cuenta en la dinámica a la que se ve sometida constantemente.

En este caso, plantearé la idea de una persona con múltiples personalidades. No significa sin embargo, que la considere como la opción correcta, simplemente me interesa abordar ambas posibilidades.

Siendo una persona con varias personalidades, tenemos que entender entonces que cada personalidad siente, piensa y actúa de manera diferente a la otra. Procesan la información de manera distinta e independiente, lo que puede ocasionar que una misma persona, ante hechos similares en condiciones favorables reaccionen de manera totalmente radical. Puede darse el caso que una de esas personalidades sea consciente de la multiplicidad en su comportamiento pero que sin embargo no pueda detenerlo ya que es algo totalmente involuntario. Más aún, las personalidades pueden enfrentarse entre sí, ya que una tratará de predominar más que la otra. Ganará la más fuerte, o la que más convicción llegue a tener.

Ahora bien, así como puede darse el caso de personalidades enfrentadas, no sería para nada disparatado pensar entonces en personalidades que se sienten atraídas, dentro de un mismo individuo. La famosa frase de "está enamorado de sí mismo" no se trataría más que de dos personalidades, en la que una está enamorada de la otra. Es acaso por una carencia de afecto sincero por parte de alguien más o por un simple hecho de narcisismo innato.

Pero, en ese caso, ¿Podríamos afirmar que una persona es sólo una persona? ¿Sería real pensar entonces que podemos tener contacto con personas diferentes aunque físicamente sea la misma persona? ¿Existen las personalidades multiples dentro de la misma personas o estamos hablando sólo de una gran personalidad con mayor complejidad?

lunes, 2 de junio de 2014

Fragilidad

En menor o mayor medida somos seres frágiles. Y en un mundo de apariencias, hasta el ser más duro por fuera, puede estar destrozado por dentro. Estamos sometidos a una presión constante, una presión propia o ajena --y en el peor de los casos ambas-- que nos exige resultados positivos. Nos vemos sometidos a soportar la brutalidad, el horror y la venganza. El odio y el amor son polos tan extremos como involuntarios. No se puede amar intencionadamente de manera genuina, ni tampoco odiar adrede. Simplemente surge. Sentir nos desgasta emocionalmente, y eso nos vuelve aún más frágiles.

El rigor físico, mental y emocional que nos propone el sistema dominante instalado alrededor del mundo influye directamente en nuestra homeostasis. Si queremos triunfar debemos sacrificarnos, para luego quizás ganar mucho menos de todo lo que tuvimos que sacrificar. El ganar en demasía también puede producir que perdamos de vista lo verdaderamente importante, alejándonos, aislándonos, exponiéndonos más vulnerables, aún más frágiles. Cada segundo que pasa nos consume un poco más como la llama de una vela esperando su destello final, desde el minuto en que nacemos comienza la cuenta regresiva de caducidad. Pero eso no debe deteneros, tampoco el miedo ni el dolor.

Creo que nacimos para rompernos, para luego re-armarnos y salir a rompernos otra vez. Y en esa dinámica descubrirás que dejando el miedo de lado, podrás descubrir cosas que no imaginaste encontrar. Nuevos matices, nuevos lugares, nuevas personas, nuevas experiencias. Y cuando nos rompamos del todo, sin posibilidades de re-armarnos ya, podemos dar una última sonrisa porque hemos hecho todo aquello que queríamos hacer.